Sentí que me sumergía en esa agua fresca y supe que el viaje a través del dolor terminaba en un vacío absoluto.
Al diluirme tuve la revelación de que ese vacío está lleno de todo lo que contiene el universo.
Es nada y es todo a la vez. Luz sacramental y oscuridad insondable.
Soy el vacío, soy todo lo que existe, estoy en cada hoja del bosque, en cada gota de rocío,
en cada partícula de ceniza que el agua arrastra, soy nada y todo lo demás en esta vida
y en otras vidas, inmortal.
Isabel Allende
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