Quisiera que mi voz fuera tan fuerte
que a veces retumbaran las montañas
y escucharais las mentes-social-adormecidas
las palabras de amor de mi garganta.
Abrid los brazos, la mente y repartíos,
que sólo os enseñaron el odio y la avaricia,
y yo quiero que todos como hermanos
repartamos amores, lágrimas y sonrisas.
Manolo Chinato
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